En esta primera visita, como solo íbamos a tomarnos una tapilla nos saltamos el sushi (que lo tenemos pendiente para otro día) y pedimos una tapa de croquetas de queso de cabra y foie, magret de pato con verduritas y arroz meloso con queso de cabra y foie (lo sé, un poco repetitivo, ¡pero sonaba tan bien!).
Empezamos con las croquetas, que estaban bien fritas pero quizás estaban demasiado suaves, el sabor del queso era poco perceptible y el foie no conseguí notarlo.
Seguimos con el magret de pato con verduritas, y la verdad es que la tapa, ¡estaba absolutamente deliciosa! El pato sabroso y jugoso, y las verduras acompañaban con un toque crujiente perfecto y la salsa, muy sabrosa redondeaba un plato de sobresaliente.
Por último, y pesar de la suavidad de las croquetas, no pudimos resistirnos a pedir este arroz meloso con queso de cabra y foie, y la verdad es que no decepcionó: el arroz estaba en su punto, y el sabor del queso se apreciaba claramente. El foie a la plancha y en un trozo entero también destacaba en el plato, que también era de nota.
La verdad es que no me esperaba encontrar este tipo de bar cuando fui y fue una más que grata sorpresa. Además, el servicio fue ágil y atento y el precio me pareció más que razonable. Me queda pendiente, aparte de ir a probar otros platos como el sushi, tomar una copa allí o en el Cafetín de los remdios, justo al lado y uno de los locales con más éxito del barrio, ¡ya os contaré!
¡Hasta el próximo bar!