En esta ocasión éramos dos personas para almorzar, y cada uno pidió dos tapas.
Empezamos con una tapa de berenjenas con salmorejo, con las berenjenas fritas en tempura, crujiente y ligera; y otra tapa de berenjena, esta vez una milhoja, también con la berenjena en tempura y con queso de cabra y reducción de mil y vinagre de módena. Las dos tapas muy sabrosas, de cantidades generosas y bien elaboradas.
Las tapas que siguieron fueron una hamburguesa de buey de kobe y unas gulas con patatas. La hamburguesa estaba muy jugosa, sabrosísimas e iba acompañada con una salsa de oporto creo, que combinaba a la perfección. Y, aunque no se aprecie bien en la foto, tenía un tamaño más que generoso (tanto que tuvimos que preguntar para asegurarnos que solo era una tapa). La tapa de gulas con patatas estaba perfectamente presentada, como todas las demás tapas (aunque le atacamos antes de acordarme de hacer la foto, perdón), y era también generosa en cantidad, con las gulas salteadas al ajillo en su punto justo, con patatas paja y el huevo no muy hecho, que unificaba muy bien la tapa.
Como podéis ver, las tapas tienen muy buen tamaño para el precio (tres euros), y en general es así, salvo alguna tapa más elaborada que puede ser más escueta. En total, por algo más de siete euros por persona, incluyendo refresco, habíamos almorzado. La atención del local también es bastante buena, las camareras son simpáticas y atentas e intentan que los platos salgan escalonados. La única pega es que son algo lentos, sobre todo si vas a tomarte algo rápido desde el trabajo, pero por lo demás es un sitio estupendo, mucho más de lo que normalmente se espera uno para un bar de zona de oficinas.
¡Hasta el próximo bar!
