viernes, 20 de abril de 2012

Tradevo

¡Hola a todos! Hoy os vengo a hablar de la gastro taberna Tradevo, a la que había ya intentado ir varias veces sin éxito. Ya le tenía echado el ojo hace tiempo y aparte me la habían recomendado y había leído buenas críticas en internet, así que tenía mucha curiosidad. El bar está en Nervión, cerca de San Francisco Javier y lleva menos de dos años abierto, pero por lo que he podido ver hoy, en ese tiempo ya han conseguido hacerse una buena clientela, ya que se ha llenado al poco de abrir.
Tiene una decoración moderna y de líneas sencillas, con algunos elementos tradicionales en decoración que hace el ambiente muy agradable. Las paredes están pintadas con pizarra y en ella aparece la carta de tapas, vinos y otros, como por ejemplo quesos.


Como hemos ido unos cuantos hemos podido probar unas cuantas tapas:

Queso payoyo con membrillo: tienen media docena de quesos un poco más especiales y preparan tablas y medias tablas. Nosotros optamos por un queso payoyo que nos ofrecieron acompañar con membrillo y el queso estaba en su punto de curación y el membrillo también estupendo.



Por un lado nos pedimos varias tapas de corte tradicional, como eran las berenjenas fritas con salmorejo y el san jacobo con pure de patatas tradicional, los dos fritos perfectamente y muy conseguidos. Otra tapa de corte más tradicional pero con un "giro" fue la de huevas de choco al jugo de una roteña, también muy jaleado.




También cayeron una tapa de carrillada de cebón con emulsión de payoyo, con una carne exquisita y un guiso estupendo aunque la salsa quizás demasiado suave para mi gusto, que me gustan los quesos fuertes; y un ceviche preparado al momento de gambón sobre crema de aguacate, que me comentaron que estaba también muy bien elaborado, aunque no era picante como suele ser el ceviche.





Para la segunda ronda hubo hamburguesa de secreto, cebolla, queso brie y yuca frita, que hacía una gran combinación de sabores y con una carne sabrosa y al punto; arroz encostrado con chipirones a las tres salsas, con el arroz en su punto y muy buenos ingredientes; y huevos fritos y foie a la plancha con habichuelas a la albahaca, que estaba totalmente delicioso.





El servicio estuvo en todo momento atento y ágil, incluso cuando estaba lleno, y la presentación de los platos fue muy cuidada. Eso sí, los precios son algo altos, aunque la calidad también, y la originalidad de las tapas merecen la pena, asi que de vez en cuando merece la pena pasarse y darse un pequeño homenaje.
¡Hasta el próximo bar!

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