Sigo intentando ponerme al día con los bares que quería recomendaros y hacía tiempo que quería hablaros de este bar, Los Palillos - sushi jamón bar. La maestra cocinera de este bar es Ayako, japonesa que tras años impartiendo cursos y organizando distintos eventos de comida japonesa, decidió junto a su socio montar un bar en la plaza de la Pescadería hace menos de un año.
El bar está decorado con sencillez pero con encanto, aunque cuando yo fui aproveché que hacía un día delicioso para sentarnos en una de las mesas que tienen fuera en la plaza. El camarero vino rápidamente a tomarnos notas de las bebidas y dejarnos la carta, y también nos trajo un aparatito con varios botones, uno era para llamar al camarero cuando lo necesitáramos, y otro si no me equivoco para pedir la cuenta.
La carta, dividida en sushi, entrantes, pescados y carnes, entra por los ojos: hay distintas variedades de sushi y los hacen de distintos ingredientes, frescos, por lo que pueden variar según el día; entre los entrantes, pescados y carnes alternan tapas de corte español y japonés, o fusión de ambas, como el wan-tum de pringá.
Empezamos pidiendo tataki de buey y wan-tum de pringá; el tataki delicioso y de calidad, aunque una tapa de pequeño tamaño, y el wan-tum también era una tapa muy lograda, sabrosa y bien realizada (por cierto, perdonad por las fotos, que están movidas, pero he preferido compartirlas con vosotros).
Luego seguimos con sushi, en este caso un Oshi Chirashi y croquetas menchi con salsa Okonomiyaki. El Oshi Chirashi consistía en un disco de arroz con setas cubierto por sectores por distintos ingredientes: aguacate, distintos tipos de pescado, tortilla...estaba muy bueno, ¡aunque tengo que admitir que es un reto comerlo sin desmontarlo enteramente! Las croquetas menchi estaban deliciosas, crujientes y sabrosas, muy bien acompañadas por la salsa okonomiyaki.
Por último, caímos en la tentación de pedir algo más, california rolls y dos minihamburguesas, una de pollo teriyaki y otra de pez espada con pan de algas y tinta de chipirón. Todas las tapas mantuvieron la calidad de las anteriores, los california rolls estaban exquisitos y las minihamburguesas jugosas y originales.
En conclusión disfrutamos mucho nuestra visita a este nuevo bar, las tapas eran de gran calidad y originales, distinto a lo que se puede encontrar en esas zonas. El precio aunque algo alto (las tapas oscilan entre los 3-4 euros) pero me parece más que razonable por el tipo de oferta que tiene y merece claramente la pena darse el capricho de vez en cuando, ¡os lo recomiendo!
¡Hasta el próximo bar!
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