La azotea

Empiezo mi blog con el bar en el que estuve el sábado pasado: La Azotea, en la calle Jesús del Gran Poder. Había hecho varios intentos de ir en los últimos meses pero siempre estaba abarrotado, así que ahí va un aviso: llegad muy temprano (abre a la una y media) o, ¡estad preparados para esperar un buen rato! El local es más bien pequeño, tiene 6 o 7 mesas, donde solo se pueden pedir raciones y medias raciones, y luego la barra y una mesa alta y un par de superficies para tapear.

Nosotros al final tuvimos que esperar un buen rato, pero como de esta vez no pasaba sin probarlo, nos armamos de mucha paciencia, y un par de copas de vino, y nos quedamos haciendo tiempo en la barra hasta que por fin nos dieron una mesa.

Una vez sentados cogimos la carta decididos a compensar la larga espera y, ¡vaya si lo hicimos! El orden de los platos fue un poco aleatorio, ya que fuimos pidiendo según se nos antojaba, pero ahí va:

- Saquitos de pasta filo rellenos de puerro, queso y langostinos

- Lomo Black angus con patatas violette

- Presa ibérica con cebolletas en salsa payoya

- Verduras al aroma de albahaca y queso de cabra gratinado

- Foie con melocotón y pan de especias

Todo estaba espectacular y fuimos regándolo con copas de vinos distintas, ya que tienen bastante variedad de vinos por copas, lo que para mí es un gran punto a favor. Me gustaron especialmente la presa ibérica y el foie, realmente sabrosos y original; y me decepcionaron un poco las verduras, estaban dentro de las especialidades y las pedía prácticamente todo el mundo así que me esperaba algo más de unas verduras al dente (si llevaban albahaca ni la noté) con queso, que estaba bueno pero no espectacular. De todas formas en general la cocina era exquisita y aún quedan muchas otras cosas que probar con una pinta estupenda. Eso sí, aunque ya no podíamos más nos pedimos un postre para compartir: coulant de chocolate con salsa de mandarina y helado, ¡realmente la guinda del pastel!

Por último el momento de la cuenta: aunque no considero que fuera barato, visto la calidad de todo y el homenaje que nos pegamos me pareció un precio razonable, y un sitio al que claramente volveré, ¡aunque haya que ir tempranísimo!